Declaración final de la EWM - Reunión anual de Girona 2025

Girona, 8 de diciembre de 2025

La reunión anual de 2025 del Movimiento Europeo del Agua (European Water Movement, en adelante EWM), se celebró en un momento especialmente crítico, marcado por los procesos de desregulación promovidos por la Comisión Europea, la creciente presión sobre los recursos hídricos y la mayor frecuencia de sequías e inundaciones prolongadas. Este contexto coincide con un año clave de preparación para la tercera Conferencia Mundial del Agua de las Naciones Unidas (diciembre de 2026), en la que los Estados miembros deberán definir sus posiciones y compromisos.

Este escenario se complica aún más por el auge de las fuerzas políticas de extrema derecha en toda Europa, que impulsan la desregulación y amenazan derechos fundamentales como el acceso universal al agua, reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas e incorporado en la Directiva de agua potable.

En este contexto, la reunión de Girona se presentó como un espacio clave para analizar los impactos de las políticas europeas en la gestión del agua y para desarrollar estrategias para defender el agua como un derecho humano fundamental y un bien común. El evento contó con la participación de expertos internacionales, europeos, estatales y locales, que aportaron una visión crítica y rigurosa de los retos actuales relacionados con el agua.

Durante la reunión de Girona, celebrada del 5 al 7 de diciembre, el Movimiento Europeo por el Agua (EWM) expresó su profunda preocupación por las consecuencias negativas de la revisión de la Directiva Marco del Agua (DMA) anunciada por la Comisión Europea el 10 de diciembre de 2025, argumentando que supone un obstáculo para la autorización de nuevos proyectos mineros. Uno de los principales objetivos de la reunión era analizar la propuesta de desregulación de la legislación de la UE relacionada con el agua, tanto en términos de modificación legislativa como de mecanismos de financiación.

 

Según los miembros del EWM, el debilitamiento de este marco jurídico común eliminaría cualquier garantía de mantenimiento del estado ecológico y químico de las masas de agua en toda la UE. La DMA es una pieza clave de la política europea en materia de agua, y el EWM pide a los miembros del Parlamento Europeo que defiendan la Directiva y sus normas actuales. Las organizaciones de Cataluña recordaron que la DMA ha sido crucial para mejorar el estado de conservación de los ríos y los acuíferos, además de ser imprescindible durante la lucha contra el Plan Hidrológico Nacional que permitió parar trasvases.

La posible revisión de la DMA se produce solo unos años después de que la propia evaluación de la Comisión concluyera que la Directiva es «adecuada para su propósito» y esencial para cumplir los objetivos comunes en materia de protección del agua y la salud.

Además, el impulso actual de rearme y remilitarización iniciado por las instituciones europeas es una cuestión prioritaria. Estos acontecimientos plantean interrogantes tanto sobre las prioridades presupuestarias de la política de la UE como sobre su impacto en el medio ambiente y la participación pública: corren el riesgo de prevalecer sobre cualquier otra cuestión, incluida el agua, y socavarían, reducirían o anularían las deliberaciones sobre la preservación de los recursos hídricos, las medidas contra la contaminación y la destrucción de los ecosistemas en general, con el argumento de que son de «interés público superior».

El EWM también denuncia los descarados y agresivos esfuerzos de influencia de los lobbies mineros e industriales sobre la Comisión Europea y el Parlamento de la UE, que anteponen los intereses económicos privados a corto plazo al derecho a un medio ambiente saludable y a la salud de las poblaciones en Europa. La Comisión ha manifestado en repetidas ocasiones su apoyo al derecho humano al agua y al saneamiento, tras la recogida de casi dos millones de firmas para la primera Iniciativa Ciudadana Europea (ICE Right2Water) en 2013, pero sus acciones recientes contradicen directamente estos compromisos.

El EWM reitera su oposición a la política actual de las instituciones europeas que apoyan firmemente la mercantilización y cotización de los activos naturales, incluido el agua, junto con la financiación privada y el papel cada vez mayor de los grandes capitales en la gestión del ciclo y los recursos hídricos. Estas políticas son totalmente contrarias a los principios básicos del agua como bien común libre de mercantilización y de una gobernanza pública, democrática, participativa y popular del agua.

La Hoja de ruta hacia los Créditos de la Naturaleza publicada por la Comisión Europea en julio de 2025, cuyo objetivo es atraer la inversión privada para la conservación de la naturaleza, constituye otra señal de alarma de una Europa gobernada por la falta de ambición para cambiar y continuar con el statu quo, en la que los causantes de contaminación pueden seguir beneficiándose de sus actividades perjudiciales, en lugar de pasar a prácticas sostenibles significativas.

Dado que tanto la militarización como la privatización de los activos naturales caracterizan actualmente las políticas aplicadas por las instituciones europeas e internacionales, las interfaces eficaces para los movimientos sociales se están reduciendo. En este contexto, los sujetos sociales, y en particular el EWM, deben actuar a múltiples niveles:

  • Hacia las instituciones oficiales: declaración pública oficial y comunicación de la postura de EWM contra las políticas militaristas y de privatización, también como necesidad de claridad con respecto a las personas y la opinión pública. El EWM está muy inclinado a trabajar con las instituciones locales y de la UE para seguir garantizando la protección del agua y la vida en general.
  • En el contexto social: movilización y luchas masivas, incluida la coordinación y la solidaridad entre diferentes realidades. El EWM, junto con otras redes sociales, apoyará públicamente las iniciativas de base, en particular la campaña «Stop rearm Europe» (Detengamos el rearme de Europa). Mientras tanto, cuando sea posible, el EWM podría recurrir a las instituciones de derechos humanos contra las políticas hostiles a las instancias de base. En particular, el EWM expresa su solidaridad con el recurso del Foro Italiano del Agua ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) contra el proyecto legislativo del Gobierno italiano destinado a excluir a los operadores públicos de derecho público de la gestión de los servicios de agua. La misma solidaridad se extiende a otras luchas territoriales, como la movilización en los Balcanes contra los proyectos mineros que amenazan con comprometer la preservación de los recursos hídricos.

Durante el encuentro de Girona, organizaciones del Estado español, Francia, Italia, Países Bajos, Alemania, Grecia, Bosnia y Herzegovina, Bélgica y Serbia acordaron que la defensa de la DMA debe ser una prioridad máxima para 2026. También estuvieron presentes operadores públicos, autoridades locales y el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho humano al agua y al saneamiento.

El EWM se compromete a seguir de cerca cualquier novedad en torno a las normas de la UE en materia de agua (Directiva Marco del Agua, Directiva Agua Potable, Directiva Tratamiento Agua Residuales Urbanas, etc.), supervisando cuidadosamente su aplicación y cumplimiento, y prevé posibles intervenciones, cuando sea necesario, con el fin de garantizar la conservación de los recursos hídricos en cantidad y calidad, especialmente en un contexto de creciente amenaza de escasez de agua.

El EWM reitera la importancia de las soluciones basadas en la naturaleza y costo-eficientes para hacer frente a los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos y relacionados con el clima, como las inundaciones, los incendios o las sequías.

El EWM también reitera la urgencia de reaccionar ante la presión de los grupos de presión que pretenden relajar las normas, en particular en lo que se refiere a: límites y restricciones menos estrictos para algunos contaminantes (microplásticos, pesticidas, metales pesados, etc.); retrasos en la aplicación de las disposiciones; intentos, en caso de contaminación, de repercutir los costes a la comunidad en lugar de imponer el pago al contaminador.

El EWM insta a las instituciones de la UE a que sean transparentes, actúen en función del interés general y no en beneficio de unos pocos, respeten el Estado de Derecho y bajo el principio de prevención, defiendan la democracia y luchen contra cualquier forma de corrupción, ya sea material o intelectual.

¡Agua para la paz! El agua es un bien común universal y no puede sufrir la privatización, la mercantilización y la financiarización.

La gobernanza debe ser transparente, pública, participativa e inclusiva.

¡Solidaridad entre las personas y las comunidades que luchan en defensa de los derechos humanos y de la vida!

¡Detengamos el rearme de Europa!

 

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