Manifiesto por los bienes comunes en la Unión Europea

Los bienes comunes son universales, pertenecen a todos y no deberían ser apropiados por autoridades y/o intereses privados. Las instituciones europeas, como garante de libertades fundamentales, de la paz, de la diversidad cultural y del estado de derecho, deberían asegurar el respeto y la preservación de los bienes comunes.

Por definición, los bienes comunes pertenecen a la colectividad. El agua, bien común emblemático, no debería ser privatizada ni considerada como una mercancía. Tampoco lo deberían ser la educación ni la salud: no deberían considerarse como mercancías sino como nuestro patrimonio compartido, protegido y enriquecido por las colectividades democráticas.

En un contexto de crisis y austeridad, cuando las transferencias de autoridad de lo público a lo privado son a veces promovidas, un enfoque político sobre los bienes comunes representa una oportunidad de construir un nuevo proyecto democrático para la sociedad europea, fundada en la participación ciudadana, el disfrute de derechos fundamentales y el enriquecimiento intelectual, moral y cultural de las personas.

Con este motivo, exigimos el reconocimiento de la noción de bien común por el Parlamento Europeo y su integración en los textos legislativos europeos. Los gobiernos municipales y los ciudadanos europeos ya están emprendiendo acciones de reconocimiento y de gestión de los bienes comunes, haciéndolos presentes en los textos legales (la Carta Europea de Bienes Comunes, Iniciativa Ciudadana Europea – ¡Agua es un derecho humano!) y en las acciones concretas (la remunicipalización de servicios de agua potable en grandes ciudades como París y Nápoles, gestión colectiva de teatros en Italia).

Para enfrentar los desafíos ambientales, sociales y económicos de nuestra sociedad, el Parlamento Europeo debería adoptar una actitud progresiva al instituir para los bienes comunes, un régimen jurídico capaz de asegurar su gestión y su protección inspirado en, pero diferenciado de, aquél que regula los servicios de interés general. Los bienes comunes deberían ser protegidos gracias a un reglamento definido por y para los ciudadanos europeos. Este reglamento debería asegurar el disfrute de los derechos fundamentales de todas las personas, la participación ciudadana y el enriquecimiento cultural, moral e intelectual de todos los seres humanos.

Por lo tanto, y en virtud del mandato democrático entregado a los parlamentarios europeos, exigimos la creación de un grupo parlamentario, que transciende los partidos políticos, y que tendría el objetivo de crear las bases de un reconocimiento jurídico y político de los bienes comunes en el seno de las instituciones europea.

Este manifiesto fue presentado Martes, 18 de marzo, durante una conferencia de prensa en Bruselas, en el Parlamento Europeo.