Décadas de experiencia ha demostrado que, a pesar de numerosos programas de "uso seguro", el uso seguro de plaguicidas altamente peligrosos (PAPs ó HHP en inglés) no es posible. Personas, animales de granja, vida silvestre y el medio ambiente continúan sufriendo un daño considerable de los PAPs. Después de años de fracaso que han visto millones de muertes por plaguicidas en todo el mundo, se necesitan nuevas políticas para detener las intoxicaciones por plaguicidas y enfermedades. Una reducción gradual y prohibición de los PAPs junto con nuevas políticas que apoyen las alternativas más sostenibles, pueden hacer un cambio hacia un mundo sano y sostenible para todos.
Nosotros, los abajo firmantes, llamamos a los gobiernos y las empresas a tomar medidas concretas para una eliminación y prohibición de los PAPs, para ser sustituidos por métodos alternativos seguros, sostenibles y ecológicos de control de plagas.