Comunicado de prensa de los internacionalistas en Village de L'Eau

Melle, 21 de julio de 2024

Nosotros y nosotras como internacionalistas de Abya Yala, Rojava y Europa nos hemos reunido en Village de L’Eau en julio de 2024 en el contexto de la lucha por la defensa del agua en Francia porque entendemos que no se trata de una problemática únicamente local sino de carácter global.

El sistema capitalista se reinventa históricamente manteniendo sus estructuras y valores coloniales. Esta dinámica se manifiesta en el despojo y la destrucción de la naturaleza y los medios de vida de los pueblos, como lo son el agua. Los tratados de libre comercio, los megaproyectos de infrastructura y el agronegocio convierten la naturaleza en mercancía priorizando el lucro ante la vida y reinventando constantemente sus estrategias de explotación.

Las lógicas predatorias norte sur se traducen en nuestros territorios en forma del corredor interoceánico en el sur sur-este mexicano; el uso del agua como arma de guerra en Rojava y Palestina; Los grandes incendios forestales en el Walmapu (Chile) y graves crímenes socio-ambientales como el colapso de las represas de minería tóxica en Mariana y Brumadinho (Brasil).Este modelo ha generado una grave crisis medioambiental. Aunque se busque culpabilizar a la sociedad por los impactos del cambio climático, manifestado en forma de inundaciones, sequías y desplazamientos, son las grandes empresas transnacionales quienes tienen la mayor parte de la responsabilidad y quedan impunes.

La cadena de especulaciones que confluye en el puerto de la Rochelle es una de las expresiones de este modelo extractivista que fortalece el enriquecimiento de una élite financiera.

En el puerto ‘‘La Pallice’’ se importa la riqueza de las naciones del sur y se exporta pobreza a nuestros territorios. Reproducen contradicciones en su retórica de la responsabilidad socio-ambiental y ponen en riesgo la soberanía alimentaria, a través de la exportación de pesticidas prohibidos en sus propios países y la importación de materias primas que incrementan la dependencia de pueblos.

En un Estado que se presenta como una democracia madura, la gente que ejerce legítimamente su derecho a la protesta para detener los ‘mega-bassin’ se ve perseguida y criminalizada por la acción violenta del aparato policial francés. 

Las personas que protestan y protestarán contra los ‘mega-bassin’ no pretenden declararle la guerra al Estado y a su normatividad, no suponen ningún tipo de riesgo a la seguridad nacional. Por eso el gobierno francés se contradice a sí mismo al reprimir estas movilizaciones.

Observamos que la represión hacia las movilizaciones populares por la defensa de nuestros bienes comunes no es exclusiva de Francia, sino que ocurre de manera similar en diversas partes del mundo.

La lucha es internacionalista y por eso manifestamos toda nuestra solidaridad a los movimientos que a pesar de la represión siguen resistiendo. Estamos juntas y juntos para defender nuestros pueblos y territorios. A cada paso que avanzamos juntas y juntos en esta lucha nos acercamos más a nuestra inevitable victoria.

No Bassaran !