Emergencia Coronavirus: Los gobiernos nacionales y las instituciones europeas tienen que garantizar el acceso al agua y al saneamiento para todos y todas
Bruselas, 24 de marzo de 2020
Las medidas tomadas en Europa para controlar la propagación de la pandemia del Coronavirus están produciendo un estado de excepción donde la población está sujeta a multitud de prohibiciones y prescripciones. Debemos permanecer en casa y aplicar estrictas recomendaciones higiénicas, lo que implica garantizar el acceso al agua y al saneamiento. Sin embargo, a pesar de la situación de emergencia, aún no hemos leído ninguna declaración de las instituciones europeas sobre la medida sanitaria e higiénica básica: el acceso al agua y al saneamiento para todas y todos.
Si algunos países europeos y regiones han decidido suspender los cortes de agua es porque existe el riesgo de que los operadores de agua apliquen estos cortes incluso en situaciones de emergencia. Por ejemplo, a familias sin ingresos, asentamientos, población gitana o campamentos de personas migrantes.
La Resolución 64/292 de la Asamblea General de la ONU (28 de julio de 2010) reconoce “el derecho a un agua segura y limpia y a saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos”. Diez años después, cada Estado debe garantizar esta obligación para alcanzar el derecho humano al agua y al saneamiento (DHAS) al nivel mínimo para garantizar la dignidad vital.
Pero se ha hecho muy poco para garantizar el DHAS en Europa. Para que fuese incluido en la legislación se recogieron 1.884.790 firmas en la primera Iniciativa Ciudadana Europea. Hoy en día, un millón de personas no tienen acceso al agua y 8 millones no cuentan con saneamiento en Europa. Es hora de actuar.
Como reclama la ciudadanía europea e indica la normativa que desarrolla el DHAS, los cortes de agua constituyen una violación de este derecho humano, aún más peligrosa para la salud pública en el contexto actual.
Por lo tanto, reclamamos a los gobiernos nacionales y a las instituciones europeas que garanticen el derecho humano al agua y al saneamiento para todos y todas. Esto implica la adopción de varias medidas:
- Prohibición total de los cortes de agua
- Suspensión de las facturas del agua y saneamiento
- Atención especial a situaciones de emergencia como el abastecimiento no regulado en campamentos y asentamientos de personas migrantes
- Garantizar los derechos laborales y las condiciones de higiene para las personas trabajadoras de los sectores del agua y el saneamiento
- El coste de estas medidas no puede ser acarreado por la ciudadanía. Debe ser asumido por las empresas de agua y saneamiento
Todas estas medidas deben ser garantizadas mediante regulación obligatoria.
Estas disposiciones responden a una situación de emergencia, pero este es también el momento para una mejora sistémica de la normativa pertinente, incluyendo estas medidas en las directivas sobre agua (en particular en la Directiva de Agua Potable y en la Directiva Marco del Agua) y la introducción del derecho humano al agua reconocido por la ONU. El abastecimiento de agua potable y la gestión de los recursos hídricos deben estar, consecuentemente, excluidos de liberalización y acuerdos comerciales.
La implementación efectiva del derecho humano al agua y al saneamiento es un requisito esencial de la democracia, pero es también una herramienta potente y beneficiosa para la salud y el bienestar de la población, la protección del medio ambiente y, por último, de la economía.
Si no es ahora, ¿cuándo?
European Water Movement
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