Manifiesto para la protección de los Deltas europeos
HACIA UNA EUROPA VERDE QUE PROTEJA LOS DELTAS
Estimado Vice-Presidente de la Comisión europea Timmermans,
Estimado Comisario de Medio Ambiente Sinkevičius,
2 de Febrero de 2021
En el mundo hay alrededor de 10.000 deltas, en los cuales viven 339 millones de personas: Muchos de ellos presentan una extrema vulnerabilidad a la inundación, especialmente a causa de los efectos del cambio climático y la deficiente gestión de las cuencas hidrográficas. Los deltas son sistemas costeros formados por la aportación de agua y sedimentos de los ríos, lo cual los hace doblemente vulnerables: al cambio climático y a otros factores de cambio en el territorio. Su integridad física, ecológica y socioeconómica está amenazada tanto por cambios en el sistema marino (subida del nivel del mar, aumento de la frecuencia e intensidad de los temporales marinos, etc.) como por los usos del suelo y la gestión de las cuencas hidrográficas de las que forman parte (disminución del caudal de los ríos, retención de sedimentos en los embalses, etc.).
En Europa existen deltas de gran importancia socioeconómica y ecológica, como los del Danubio, el Vístula, el Rin, el Po, el Ródano o el Ebro, muchos de los cuales están sufriendo riesgos crecientes de erosión, subsidencia, inundación y salinización. Los impactos que sufrió el Delta del Ebro tras el temporal Gloria son un buen ejemplo de ello. En este contexto, es urgente que la conservación efectiva de los deltas en toda Europa se convierta en una prioridad política de las instituciones europeas si se quiere garantizar su supervivencia, de acuerdo con el artículo 191 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, según el cual, la política de la Unión en el ámbito del medio ambiente debe contribuir a la conservación, la protección y la mejora de la calidad del medio ambiente, la utilización prudente y racional de los recursos naturales, y el fomento de medidas a escala internacional destinadas a hacer frente a los problemas regionales o mundiales del medio ambiente, y en particular a luchar contra el cambio climático.
En el marco legal europeo son varias las directivas que, directa o indirectamente, inciden en la conservación y gestión de los deltas. La Directiva de Aves y la de Hábitats protegen formalmente, en mayor o menor medida, la biodiversidad de los deltas, ya que en muchos de ellos hay especies y hábitats protegidos que forman parte de la Red Natura 2000. Además, en muchos casos los deltas europeos gozan también de figuras de protección específicas (Parque Nacional, Parque Natural, Reserva de la Biosfera, etc.). La Directiva Marco del Agua establece normas para detener el deterioro y conseguir el buen estado ecológico de las masas de agua fluviales, de transición y costeras, que son las masas de agua presentes en los deltas. Otras directivas, como la de aguas subterráneas, o la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina inciden directamente en la gestión y protección de los deltas. Finalmente, la Directiva de Inundaciones pretende reducir las posibles consecuencias de las inundaciones mediante la gestión del riesgo, apoyada en información relativa a la peligrosidad y el riesgo.
Sin embargo, el marco normativo que configuran las Directivas de la Unión Europea no es suficiente para garantizar la protección física de los deltas. Hace falta una gestión integral, ya que la supervivencia de los deltas no depende exclusivamente de las acciones que se puedan desarrollar en el territorio propiamente deltaico, sino que necesariamente se debe actuar en las cuencas hidrográficas de los ríos que los han formado, los alimentan y los mantienen. A menudo se destinan fondos europeos para financiar la protección o restauración de espacios naturales deltaicos que después desaparecen por la erosión costera, o por una mala gestión aguas arriba de los deltas que impide, por ejemplo, la llegada de caudales sólidos. La acción que emprendan la Unión Europea y sus Estados miembros en los próximos años será esencial para supervivencia de los deltas a lo largo de las próximas décadas. De aquí la necesidad e importancia de adoptar una visión holística y aportar nuevas medidas para revertir la desaparición progresiva de los deltas europeos.
Es por ello que reclamamos a la Comisión Europea que aumente los esfuerzos para conservar y restaurar los deltas europeos, especialmente en lo relativo a la Directiva Marco del Agua y a su implementación por parte de los Estados Miembros a través de los Programas de Medidas, así como a través de las otras directivas ya mencionadas (de Inundaciones, de Aves, de Hábitats, etc.), y del Pacto Verde Europeo, junto con las futuras acciones que lo acompañarán, como el despliegue de la Estrategia para la Biodiversidad 2030, la Estrategia De la Granja a la Mesa o la Estrategia para la Adaptación al Cambio Climático.
Por todas estas razones, pedimos a la Comisión Europea que impulse un conjunto de acciones que creemos ineludibles para contribuir significativamente a conservar deltas como el del Danubio, el Rin, el Ródano, el Po o el Ebro, por poner algunos ejemplos destacados. Todos ellos son zonas muy ricas no sólo por lo que se refiere a su biodiversidad sino también por sus valores socioeconómicos, paisajísticos y culturales, los cuales están en peligro en caso de que no se tomen medidas urgentes. Por todo ello pedimos:
– La mejora de la monitorización de los planes de gestión de las cuencas de los ríos de Europa, para que cumplan con los objetivos medioambientales y los requerimientos de la Unión Europea en cuanto a caudales ecológicos y conservación de la biodiversidad, especialmente de aquellos que cuentan con espacios vulnerables como los deltas. Ello implica la introducción de acciones efectivas en los Programas de Medidas de los Planes de Cuenca, con la prioridad de restaurar el flujo de sedimentos a través de los embalses y garantizar un régimen de caudales ecológicos apto para el adecuado transporte de dichos sedimentos.
– El desarrollo de una guía específica de orientación, en el marco de la Directiva Marco del Agua, sobre la gestión integral de sedimentos a escala de cuenca hidrográfica que complemente las guías de determinación de los caudales ecológicos y tenga en cuenta las variables relacionadas con el balance sedimentario, entre ellas, el transporte de sedimentos, la sostenibilidad de los ecosistemas costeros, el régimen hidrodinámico fluvial de la liberación de caudales de los embalses con atención a los “caudales sólidos”, el efecto de las infraestructuras (embalses, escalas, azudes, etc.) en los desequilibrios de los procesos de erosión y colmatación de los cursos fluviales y los embalses, etc.
– La consideración de los deltas como espacios prioritarios de actuación en el marco del Pacto Verde europeo y de la Estrategia Europea para la Biodiversidad 2030, que incluye la restauración de ecosistemas, así como la recuperación del caudal de los ríos y de su calidad
ecológica.
– La elaboración de un plan europeo de restauración y recuperación de los deltas, con el objetivo de conservar sus espacios naturales, agrícolas y urbanos mediante una estrategia adaptativa que tenga en cuenta los efectos del cambio climático.
Los deltas y su futuro nos exponen la verdadera vulnerabilidad derivada de la falta de equilibrio entre la actividad humana y la naturaleza. Mejorar su gestión y asegurar su futuro pasará por apostar por un verdadero equilibrio que favorezca a la naturaleza, los ecosistemas deltaicos y su biodiversidad, con el fin de proteger también la salud y el bienestar de las personas que viven en ellos.
MEP Diana Riba i Giner
MEP Antoni Comín
Plataforma en Defensa de l’Ebre