“Argelia ha propuesto hacer un trasvase desde el Ródano o desde el Rhin para «saciar la sed del desierto», al considerar que «calienta a Europa» con el gas que envía al continente a través de los gasoductos y tiene derecho a recibir el mismo trato.”
Foro Mundial del Agua, 19 de abril de 2011.
Cuando nos dimos cuenta de su importancia ya tenía doscientos millones de personas conectadas y de su agua dependían cuatro países. La obra había comenzado como un trasvase del Ródano, cosa que nos dio risa, ya que esa agua estaba destinada a un área que tenía las plantas desalinizadoras paradas debido a la falta de demanda. Parecía uno de esas construcciones superfluas y monumentales con los que el gobierno devuelve favores a los grupos económicos que le sostienen, pero tenía otro significado: la llegada del Ródano a Barcelona permitió llevar el Ebro a Alicante y el Júcar al sur de España, después se interconectaron las tres cuencas y se hizo imposible distinguir la procedencia del agua, simplemente se decía que provenía del “tubo”. Continuó alargándose hasta el Medio Oriente: Marruecos, Argelia, Túnez y el Líbano se conectaban al tubo que avanzaba hacia Mesopotamia con el argumento del intercambio de recursos energéticos por agua. La libre competencia del gas y el petróleo con el agua permitió mantener una cierta estabilidad de los precios durante un tiempo pero de forma oculta las empresas del “tubo” y las de la “energía” se fusionaron o absorbieron una a otra. Se produjo una escalada de precios: las medidas de ahorro individual fueron minimizadas subiendo el precio al derecho de conexión. Cuanto más se agotaban los combustibles fósiles, más cara se volvía el agua. Los países seguían manteniendo la apariencia de democracias parlamentarias de la misma manera que la empresa del “tubo” conservó las distintas marcas de agua y energía, simulando que unas competían con otras. El costo del agua llegó a superar la mitad del salario de un trabajador medio. El capitalismo se había reinventado a sí mismo: éramos esclavos del tubo.
Una pequeña ficción escrita por Xarxa per una Nova Cultura de l'Aigua